Por: Héctor E. Herrera Capetillo
“Y si quieren saber de mi pasado es preciso decir otra mentira, les diré que llegué de allá de un mundo raro..”
“Un mundo raro” de José Alfredo Jiménez
Los caballos de fuerza del vehículo que nos transporta parecen relinchar con toda su fuerza mientras pesadas herraduras de caucho pisan un recién aglomerado pavimento, el camino pareciera ser idéntico al que toda persona que viaje frecuentemente por el país ha recorrido antes, pero el destino es, en esta ocasión, diferente. Guanajuato se encuentra a escasas tres horas y media de la capital del país, poco tiempo para aquellos que estamos acostumbrados a tomar rutas diarias de dos horas a nuestros hogares sumadas al bochorno del tráfico y a la odiosa sensación de la inmovilidad del tiempo.
La geografía pocas veces engaña a quien la recorre; solo en contadas ocasiones dos ciudades tan cercanas pueden tener asimetrías tan grandes. Los túneles que nos reciben a la entrada de Guanajuato son el último esbozo de nuestro presente y la primera impresión de nuestro pasado. Es común sentirnos tan cerca de la historia, sobre todo, después de oírla con tanta repetición por todos lados, y al mismo tiempo, tan extraño volver a sus edificios, calles y lugares que nos muestran cuan alejados estamos de comprender el contexto de tales mitos y cuentos que han formado nuestra realidad... Continúa leyendo la nota en ComUnica Radio....
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